Podría ser mejor, sigue leyendo

La experiencia en este hotel flotante fue decepcionante. Las habitaciones son muy pequeñas y la falta de limpieza era evidente, además de ruidos constantes que dificultaban el descanso. A pesar de la mala experiencia, la ubicación es excelente, muy cerca del Markthal. Necesitan mejorar la atención al cliente y la calidad de las habitaciones.

El ambiente del barco fue sorprendente, especialmente al ver un pez saltar en el canal mientras tomaba mi café. Los saludos amables del personal hicieron que me sintiera bienvenido desde el primer momento.

La cama es cómoda y el hotel es tranquilo.

La habitación era un congelador, no logramos calentarnos bien. Además, las escaleras son un verdadero problema, especialmente con el equipaje. La falta de secador de pelo fue una gran decepción durante nuestra estancia.

La experiencia de estar en un hotel-bote es única, pero

el frío en las habitaciones puede ser molesto, especialmente al entrar al baño. La ubicación es excelente, cerca de atracciones y transportes, pero el desayuno se siente un poco controlado por el personal, lo cual fue incómodo.

Estilo del hotel, detalles únicos de la habitación, ubicación cerca del Markthal

Las habitaciones son absurdamente pequeñas y no hay espacio suficiente para dejar la ropa. ¡La ducha sin puerta inunda el baño y el ruido de las tuberías no permite descansar!!! Una pena que no pasaran a limpiar la habitación. ¡Es difícil entender qué le sucede al servicio!!!

Menos mal que La habitación era espaciosa, pero no había sitio para dejar mis cosas y la cama hacía ruidos horribles. Al final, esperaba una compensación por los inconvenientes, pero supongo que eso es un lujo que no todos pueden tener. ¡Un gran decepción! Pensé que podría escribir una buena reseña, pero no pude.

Solo fue una opción adecuada para una visita momentánea en Róterdam con una buenísima relación calidad precio. La habitación era pequeña pero el aire acondicionado nos ayudó a sobrellevar el calor, aunque faltaba limpieza. Un consejo, asegúrate de revisar los precios del restaurante antes de pedir porque son un poco altos.

La experiencia de estar en un hotel flotante es especial. la atención del personal es muy amigable, y el desayuno es bueno, especialmente en fin de semana. Además, el área de lounge tiene un ambiente encantador.

Sin embargo, el frío en las habitaciones podría ser un problema. y la presión de que el personal esté muy pendiente durante las comidas puede resultar incómoda.

La experiencia de dormir en un hotel-bote es increíble, con habitaciones limpias y vistas al canal. El paseo en barco por los canales es una experiencia única de la ciudad.

me sentí como en casa, no tengo ninguna pega

La experiencia de estar en un hotel flotante es bastante única, se siente como una aventura. La ubicación será difícil de superar, a solo tres minutos del Markthal, ideal para explorar la ciudad.

Las habitaciones son pequeñas y el armario apenas cabe una maleta. me hizo sentir como si estuviera en una prisión de lujo. La presión de la ducha se siente insuficiente, y la falta de una puerta en la ducha provoca que el baño se inunde fácilmente. Además, los ruidos de las tuberías son constantes y difíciles de ignorar. En general, los precios del restaurante son un poco elevados, lo cual puede resultar incómodo en comparación con otras opciones en la ciudad.

Ubicación excelente y buen acceso a Wi-Fi, pero el frío era incómodo en la habitación.

La ubicación es excelente para explorar Rotterdam, cerca del Markthal y con fácil acceso al transporte. La habitación tenía un buen tamaño y aire acondicionado que funcionaba bien.

No se me ocurre nada.

La experiencia de estar en un hotel-bote es única, pero el frío en las habitaciones puede ser bastante molesto, especialmente al entrar al baño. La atención del personal es buena, aunque el ambiente en el desayuno me resultó incómodo, ya que parecían estar muy pendientes de lo que comías. Las vistas desde la habitación eran espectaculares, y la comida incluía verduras frescas que estaban deliciosas, lo cual fue un punto muy positivo.

La ubicación es excelente, a dos pasos de la Markthal. La habitación es cómoda con aire acondicionado. Sin embargo, la insonorización es deficiente, ruidos constantes de los vecinos. La comida en el restaurante fue buena. El alquiler de bicicletas se ofrece, ayudando a explorar la ciudad fácilmente.

Increíble, increíble, increíble

La experiencia de estar en un hotel-bote es realmente única. Las vistas desde mi habitación eran espectaculares, especialmente al ver el canal y la ciudad despertarse cada mañana. Además, el restaurante tenía un ambiente súper lindo, y la comida fue simplemente deliciosa, con ingredientes frescos que te hacían sentir como en casa.

100% recomendable ❤️✨